Se considera que están más ligados a las reacciones vivenciales de la niña, adolescente o ya mujer madura, y no tanto se deben directamente a la expresión fenotípica del problema genético del Turner. Por ello son extraordinariamente variables según diferentes investigaciones de varios autores. Pero en general podemos diferenciar:
Problemas psicológicos infantiles que han sido los mas estudiados:
-Retraso en la madurez emocional, generalmente relacionado con la sobreprotección de los padres hacia su hija “enferma”. Por ello también pueden ser estas niñas más dependientes de sus padres o profesores.
-Infantilismo general.
-Ansiedad, nerviosismo (se discute si puede haber también base endógena).
-Problemas de adaptación e integración escolares (pocas habilidades sociales).
-Necesidad de rutinas preestablecidas, del orden externo, de evitar cambios.
Problemas psicológicos juveniles. Se citan como posibles:
-Mayor dependencia de la familia de origen.
-Edad de inicio en actividades sexuales más tardía.
-Peor aceptación del propio cuerpo y distorsión del esquema corporal.
-Baja autoestima.
-Problemas de relación social, ansiedad social “tipo escénico”.
-Tienen menos amigos y de menor edad que el de ellas.
-Mayor grado de ansiedad y distimia que el grupo control.
Problemas psicológicos de mujeres adultas:
-Pocas licenciadas universitarias en carreras técnicas y científicas. Pero prácticamente igual proporción de diplomadas o licenciadas en humanidades o carreras “de letras” que la población general.
-Menor proporción de mujeres que forman parejas estables.
-Menor disfrute de relaciones sexuales (mayor incidencia de anorgasmia, bajo deseo sexual o rechazo al sexo).
-Vulnerabilidad ante problemas sociales y de adaptación.
-Baja concepto de sí mismas en áreas concretas (traumas infanto-juveniles).
(Álamo,A, 2006)
-Baja concepto de sí mismas en áreas concretas (traumas infanto-juveniles).
(Álamo,A, 2006)
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